Música para leer

viernes, 21 de noviembre de 2014

Hoy tengo voz

"27 millones de esclavos en el mundo. Se estima que 17000 mujeres se trafican al año en España. El 8% de las víctimas de la trata de personas son mujeres y niñas. La trata de personas se ha convertido en uno de los negocios más lucrativos del mundo". Más de 500 detenidos por trata de personas en España en 214. Las víctimas son explotadas sexualmente, laboralmente o se comercia con sus órganos"

Hoy escribo a esta hora de este día, en este mes de este año… Escribo ahora, en este elocuente instante, inenarrable relato, este utópico sentimiento que se agarra por cada poro de mi piel.

Recuerdo el primer día, los primeros años y hasta el último servicio. Recuerdo cada noche que soñé encontrar una ventana abierta, una puerta sin cerradura. Aquella ropa, la sangre y el grito silencioso de mi garganta. Recuerdo sus rostros y sus brazos desgarradores. Recuerdo cada historia y cada cuento y cada mito bajo aquel techo. Pero a partir de hoy, se acabó.

Hoy es el día en el que las estrellas brillan, es el amanecer con color naranja que anuncia el calor del sol. Ha llegado el día en el que la luz atraviesa las ranuras de la madera, el día en el que la luz pinta mis ojos de blanco, borra lágrimas y alienta. Hoy es ese día, ese día cualquiera para el mundo y el principio de mi vida nueva. Hoy he dejado esa vieja habitación que encerraba mis días en cadenas y horas. He decidido escoger el riesgo y correr y correr hasta que solo pudiera ver el lejano esbozo de la esclavitud de mi persona. Llegué hasta tocar la línea del horizonte y entonces respiré hondo una y otra vez, hasta que cogí aire por última vez y suspiré. Había frente a mí un esplendor que provenía del cielo, un sonido sordo que sonaba como un bebé cuando llora por primera vez, sonaba a renacer.  Entonces decidí tirar de mis viejas ropas y vestirme de nuevo, decidí arrancar de mi cuerpo aquella tela picante e insoportable y llevar un vestido de  princesa.  Escribí en las piedras los sueños que nunca había soñado, luego los hice volar. Bailé, sola pero bailé libre, bailé por esa vida que aún vivía después de haber sido nadie durante el pesado pasado.  Bailé por la respiración que provenía del fondo de mi alma, bailé porque ahora podía bailar.  Y cuando alzo mi rostro a la lluvia fresca que las nubes esparcen, grito. Yo soy nueva y renovada, pero grito por todas ellas que siguen allí, son mis hermanas, les late el corazón al igual que a mí. Por todas las víctimas que no han podido encontrar la puerta sin cerradura. Grito para que escuche el mundo que estoy con ellas, que estuve ahí, que he salido y que podía no haberlo hecho por un porcentaje de probabilidad mucho mayor. Grito porque hoy tengo voz y ayer no tenía, grito porque a ellas le prohíben hacerlo. Grito por el sonido del cautiverio, por la violación y por los derechos humanos. Grito porque gritar es la única forma de no guardar silencio, porque el silencio mata segundo a segundo. No pienso parar de gritar por los códigos tatuados, por las mujeres traficadas, por las niñas engañadas, por mi gente sin nombre. No pienso parar de gritar ni hoy ni nunca.

Soy una niña con zapatos nuevos, se me ve en el andar.

Fui víctima de la trata, ahora soy libre.



No hay comentarios:

Publicar un comentario