Música para leer

lunes, 14 de enero de 2013

El tiempo.


Las velas se fundían en la moqueta roja. Un antiguo teléfono  encima de la mesilla junto a una taza de café caliente. Pinceles en  un bote  marrón, viejas pinturas utilizadas, grandes obras en partitura desordenadas en el suelo. Un precioso violín rodeado de libros  y un anticuado reloj. El tiempo.
Y ahí estábamos nosotros, sentados en ese escenario decorado con curiosos detalles. Rodeados de velas mientras toda esa gente sentada nos observaba  con intriga.
Yo mientras tanto pensaba. Pensaba en sus rostros mientras escuchaban sobre la vida y el tiempo. La esperanza que nos lleva a vivir la vida aprovechando el tiempo. Unos lloraban, otros con la mirada perdida,  inmersos en los recovecos de su corazón. Otros  queriendo parecer fuertes permanecían inmóviles. Y otros contemplaban las palabras llevándolas a su pasado.
En aquel momento todos pudimos parar el tiempo. Tomar un momento y escuchar lo que el interior pide a gritos pero en silencio. Porque ¿qué es la vida? ¿Qué es mi vida? ¿Para qué  mi tiempo? ¿Para quién  mi corazón?  Materialismo vano y malgasto constante. Le decimos adiós a las personas  y nos introducimos en nuestro propio ego, sin salir, sin poder compartir para aprender.  Siempre preocupados por necedades  sin percibir el sonido de los que lloran. Aquí y siempre aquí. No existen culturas para nosotros, no existen más mundos que descubrir. No hay personas a mi lado a las que pueda escuchar.
Se ha perdido el valor de los valores. El amor, la confianza y el perdón de corazón. Ya no se disfruta el tiempo con los padres, ya no escuchamos la historia de los sabios abuelos. No atendemos a los consejos, nos olvidamos del respeto. No somos agradecidos con lo que tenemos y en cambio los que no tienen sí lo son.
¡Pero que no se pierdan más cosas! Estamos aquí para algo, y al final no haremos nada.
Vamos a pararnos otra vez y escuchemos a nuestro corazón, qué es lo que pide, qué es ese vacío que hay que llenar.  Pensemos en como será cuando seamos ya viejos y al mirar hacia atrás veamos que todo ha sido nada, que no hemos marcado este mundo con nuestras huellas, que no hemos aprovechado realmente el tiempo. Y nuestro tiempo empezó ya, ahora, ya está pasando. Así que, puede, quizás, solo quizás esa persona que está a nuestro lado necesite algo más de lo que pensamos. Quizás tu madre necesita algo más de ti, puede que ese niño de la esquina que no conoces de nada necesite un amigo. Sal adelante, sal y corre despacio, con precaución pero corre. Muchos dicen que la vida hay que vivirla como si fuera el último segundo, así que aprecia lo que tienes ahora porque puede que mañana ya no esté. Considera las necesidades de los demás, aprecia al que no te aprecia y ama, sobre todas las cosas ama. Porque el amor es el mayor de todos. Y amar a las personas es lo que realmente permanece para siempre. Y creedme, es mucho mejor dar que recibir.
Yo seguía allí sentada, esperando que toda esa gente diera el paso de cambiar, de transformar, de  vivir con esperanza.

miércoles, 9 de enero de 2013

Grandiosa naturaleza.



Es azul, es verde
es roja y amarilla
Es inmensa y tan pequeña
es fría y nos da calor
Alumbra y nos esconde
 en la oscuridad
Es hermosa, tan hermosa
como nunca nada lo fue tanto
 Es vida en abundancia
vida complejamente perfecta
Es un rincón en el paraje
para pensar y crear
Es observar maravillas
naravillarse con lo maravilloso
Son los cielos color celeste,
la tierra verde esperanza
Son los seres que vuelan
y cantan cada mañana
Son las aguas y su mundo inmerso 
 la fauna y sus colores vivos.
Son más palabras 
de las que mi mano jamás podría escribir
Pero el despertar del celo
Su amanecer son esas,
Las palabras que no hay.
Regalo hermoso, precioso sol.
Es ella, la madre tierra,
nuestra grandiosa naturaleza.