Solo te he hecho este regalo para que sepas que no me
olvido de ti y para que tú tampoco me olvides a mí. Para que cuando lo veas
recuerdes cuanto te quiero y cuanto has significado y significas para mí.
Empecemos desde el principio, cuando solo era una
niña, o incluso un bebé. Tú estabas ahí. Cuando fui creciendo y soplaba las
velas contigo a mi lado. Cuando siempre me regalabas collares y pendientes.
Cuando me pintabas las uñas y me maquillabas de un rosa cantoso. Cuando hiciste
que diseñaran un vestido para mí, color amarillo. Cuando ese mismo día me
regalaste una cadena que todavía recuerdo. Cuando te acompañé a vestirte antes de el gran día. El gran día de tu boda,
caminando delante de ti y llevando los anillos.
Las tardes de peluquería. Cuando empezaron a gustarme los chicos. Las horas que tuviste que soportarme emocionada,
mientras yo te contaba las cosas porque quería dar los mayores
detalles posibles. Las horas delante del espejo decidiendo qué me ponía para el
día de la graduación, que por cierto, llevé tus zapatos. Cuando empecé el
instituto y nos enamoramos de esa saga de vampiros. Las noches de cenar pizza, pintarnos
las uñas, hacer tonterías, sacarnos
fotos y sobre todo hablar. Siempre prestándonos ropa, zapatos y bolsos. Las tardes en
tiendas rebuscando ropa entre las montañas de desorden. El
helado del paseo, las veces que nos montamos en las
atracciones y chillábamos estalladas de la risa. Cuando íbamos a comprar la comida
para el día siguiente, que era fiesta. Cuando me acompañaste al médico. Leyendo
las conversaciones con mis amigos y explorando soluciones. Los secretos que
nadie sabrá jamás. Mis llantos de emoción cuando dijiste “estoy embarazada”. Las
ecografías y su nuevo cuarto. El nacimiento de tu primer hijo. Y luego teníamos
que esperar a que se durmiera para poder tener esas noches de cine. Cuando íbamos a hacer la
compra. Las canciones que me ayudaste a cantar. Los veranos en la playa hasta
las tantas de la tarde y luego la cena en tu casa. Los días de piscina. Mis
nuevos biquinis diseñados de tus recortes. Las excursiones familiares. Cuando querías maquillarme para probar cosas nuevas. Decidirnos para
ir al cine. Cuando me enamoré por primera vez. Los dos años de espera llenos de
problemas, intentando buscar una buena
respuesta para ciertos mensajes. Llenos de intensas emociones contándote el progreso e
indagando en él. El día que te lo encontraste y luego me llamaste emocionada
chillando, jamás lo olvidaré. El momento en el qué todo se hizo realidad, mi
primer novio. Te llamé chillando y aunque no entendías nada de lo que te decía
por lo alterada que estaba tú también chillaste conmigo y esperaste a que me desahogara
para preguntarme todo, cada detalle. El día que entramos por tu puerta y ambas
sonreímos al mirarnos. Algún que otro día que me ibas a buscar al instituto y
almorzábamos juntas. Los días que íbamos juntas al parque con el pequeño y para variar
aprovechábamos y así hablar. Las conversaciones sobre bodas y quien me
acompañaría a comprar el vestido. Más llantos cuando recibí la noticia de que
de nuevo estabas embarazada. El crecimiento de tu barriga hasta casi estallar. Cuando me dijiste que era una de tus mejores amigas mientras
íbamos en coche hacia tu casa, ese momento que jamás olvidaré.
Momentos, sentimientos, sonrisas, emociones, amor,
vida. Me has dado tantas cosas desde que nací. Tantas maravillas. Me has dado
tu amor y tu amistad. Eres mi hermana, significas algo que no sé muy bien
cómo explicar. Lo que siento por ti es una mezcla de miles de cosas: familiaridad,
amistad, hermandad, amor, confianza, fidelidad…
Eres una de las personas más importantes de mi vida, porque siempre lo
has sido. Porque una de las causas por las que he llegado hasta aquí tal y como
soy es por ti. Por todo el tiempo que hemos pasado juntas desde que era una
niña, desde que llevaba moñitos hasta que me salieron granos. Desde que empecé
a caminar hasta que me enamoré. Ha sido
toda una vida a tu lado siendo mucho más que tía y sobrina. Has sido mi
consejera, mi alegría, mi llanto, mi sonrisa, mi ánimo, mi diario y mi amiga. Y
no quiero que eso acabe nunca, nunca jamás. Sé que aún nos miramos y no hace
falta hablar y sé que podemos contarnos cualquier cosa sin problema, pero quiero
volver a vivir todos esos momentos contigo, vivirlos hasta que sea imposible.
Quiero recordar nuestra relación como algo precioso e irrepetible. Y cuando estamos
lejos, te sigo sintiendo, siento que estamos juntas. Y siento la necesidad de
verte, de escucharte, de pasar tiempo contigo. De mandarte mensajes o
llamarte de vez en cuando para escucharte. Hay algo que está en nosotras, algo
que nació en aquel entonces y que no debe morir nunca.
Quiero que nuestra relación siga creciendo siempre.
Porque yo siempre seré tu Tirsa, y tú, mi Séfora. Por mucho que crezcamos,
siempre seremos nosotras.