Nos conocimos cuando teníamos siete años, ella acababa de
llegar de una tierra muy lejana que está muy cerca de nosotros: el desierto del
Sáhara. Venía sucia y con la ropa puesta para dos meses. El pelo bien enredado
y los tenis llenos de arena. Fuimos a casa en coche y durante todo el trayecto
no dejó de mirar el mar, era la primera vez que lo veía. Cuando llegamos la
bañamos, le desenredamos el pelo, le quitamos la arena y la peinamos. Sus rizos
eran preciosos. A partir de ese día ya nunca, jamás la olvidamos en casa.
Desayunábamos, almorzábamos y cenábamos juntas. Dormíamos en
la misma habitación, nos pintábamos las uñas y jugábamos en la piscina. Ella me
hablaba de su colegio y yo a ella del mío, me enseñaba sus canciones y
bailábamos juntas con melfas. Me enseñó
a escribir mi nombre en árabe y a decir "adiós" en hassaniyya.
Cada año venía y nos reencontrábamos con un abrazo más
fuerte que el de antaño. Volvía llena de arena y con el pelo enredado, pero la
ayudamos a desenredárselo y darle brillo. Un año ya no vino más, se había
cumplido el plazo, tuvimos que despedirnos por mucho tiempo, por no se sabe
cuánto tiempo, porque no lo sabíamos. Quizá para siempre.
Seguramente ahora estará llena de arena y con el pelo
enredado, llevando a su hermana al colegio, cogiendo agua y preparando comida.
Ayudando a su abuela y bailando con sus amigas de vez en cuando, cuando hay
tiempo. A veces hablamos por teléfono, pero siempre se corta y no se escucha.
Ella nos dio vida, nos dio fuerza, nos dio valor. Nos enseñó
a luchar por las cosas importantes, nos enseñó el valor de amar a las personas.
Por ella levantamos las banderas y por ella alzamos el grito a la libertad. Por
que nosotros, que lo teníamos todo, aprendimos de ella, que no tenía nada pero
lo tenía todo. Ella cambió en nosotros lo que había que cambiar y nos puso en
el corazón que la vida es mucho más de lo que creemos, nos ayudó a hacer lo que
hoy hacemos. Nos abrió los ojos para ver como vemos hoy.
Me enseñó el servicio y la humildad, me enseñó a sonreír y a
luchar.
Os presento a Kauria, ella es mi hermana saharaui y yo formo
parte de su libertad.