El arte me vuelve loca, como una cabra. Puedo imaginar tantas cosas con él
que a veces creo estar en la locura por no imaginar lo que los demás imaginan.
Puedo fijarme en detalles insignificantes para cualquiera, pero que para mí
hablan. Me llaman y me dicen que ese momento es solo nuestro, que nadie más se
está enterando, que estamos disfrutando de ese pequeño trozo de vida sin que
los demás se den cuenta. Puedo encontrar toda la hermosura en cosas que nadie ve hermosas. Puedo notar la
sensación del lápiz trazando el papel, o cómo las teclas del piano golpean las
cuerdas invisibles. Disfrutar del color
del barroco sentada en una silla escuchando su música. El arte me hace pensar más
allá de lo que lleva una rosa, más allá de lo que contiene una caja de madera cubierta
de polvo. Imaginar más allá de lo que veo, volar con lo que siento, sentir con
lo que sueño. Puedo ver en las miradas mucho más que una mirada. Recuerdo los
recuerdos como una gran historia con su orquesta al fondo. Y miro como cae el
té de la tetera, sin hacer ruido acariciando la taza. Palpo la madera y huelo los
libros para saber cuánta sabiduría llevan dentro. Observo la tinta que sale de
la pluma al escribir, los sobres de las cartas. Intento averiguar lo que dicen
los rostros de los andantes en la acera. Los lápices de colores afilados y
manchados por el tiempo me son especiales. Los zapatos usados y estropeados me
muestran el desgaste del camino. Las flores me hablan de la vida, los dulces me
traen ternura. Los bloques sin color, así tal y como son abren un espacio a los
sentimientos para expresarse tal y como son. La tela, esas llevan historia, y
las puertas familias. El campo vuela con el viento, los árboles siempre están
protegiéndome cuando el césped se alborota y no me deja escribir. Pinzas para
tender la ropa que ya ni funcionan, de madera, rotas y descoloridas, son las
más bonitas.
El arte se escucha, se huele, se palpa, se siente, se vive. El arte danza
por las venas, mueve a las manos, conmueve al corazón. El arte hace sufrir y
amar, hace sonreír y me da tranquilidad. El arte refleja el alma. Lo que el
corazón grita lo pinta con colores, lo escribe con palabras, lo toca con el
piano. El arte recuerda, revive el pasado.
Muestra la historia del corazón. Ambos hablamos y cantamos, pintamos y creamos.
Soñamos y viajamos juntos. El arte está, el arte es arte. El arte es vida. La vida es arte.