Música para leer

martes, 11 de septiembre de 2012

Gran sonrisa roja


Al principio sientes miedo, vergüenza o incluso pánico. Piensas que no van a parar de mirarte o que no sabrás que hacer. Puedes llegar a pensar que no puedes, que no eres suficiente, que no lo conseguirás.
Te pintas la cara y  acomodas cada complemento en su lugar. La ropa, el pelo…
Luego te miras al espejo. Sonríes, te pones serio, sonríes, te pones serio. Te acercas, te alejas, te acercas y te vuelves a alejar. Al otro lado escuchas la música, a todo volumen, alegre y con ritmo. Te vuelves a mirar de arriba abajo. Escuchas, te miras, sonríes, te acercas, escuchas y te vuelves a mirar.
Definitivamente sales, caminas por el pasillo hasta dejar atrás la habitación. Al llegar a la gran puerta te paras, miras hacia afuera y respiras hondo, de nuevo  sonríes, y sales. Los pies dando saltitos al ritmo de la música  y la cabeza de un lado a otro con gesto alegre.
Mil personas a los alrededores, desperdigados por todos lados. Niños por doquier, bajos, altos, rubios, morenos, de ojos claros, niños, niñas. Corres, saltas, cantas, bailas, sonríes, juegas, y bailas otra vez. Y cuando te das cuenta se acabó. Se terminó el tiempo y tienes que dejar tu traje en la caja.
Adiós vergüenza, adiós miedo, adiós pánico inútil. Soy libre, soy como un pájaro que vuela  y avisa a los demás de donde está el sur. Soy como el césped con la brisa, que arrulla a su alrededor con su danza. Soy como el viento que lleva el mensaje a lo más lejano. Ya no importan las preocupaciones, solo quiero dar la gran noticia. Solo quiero que todos salten conmigo. Quiero que el mundo nazca de nuevo. Que se enteren de que la vida existe, que la eternidad no es un mito. Que las sonrisas duran, que el corazón puede latir con fuerza. Que se puede llenar ese vacío, que el cielo no es solo azul.
 Solo soy un payaso que se dibuja una sonrisa en la cara, una gran sonrisa roja y  una flor en la frente.  Sonrío debajo de esa pintura para así dar vida a mi personaje. Para hacer saltar con alegría, correr en libertad,  hacer cantar al amor, bailar del gozo, sonreír esperanza  y jugar a compartirla.

2 comentarios:

  1. muy muy bueno!

    Otra blogera ;)

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  2. Eso es lo que se siente cuando pasas de ser Dorcas, a ser Pantunflas. Sin duda, un buen relato y sin duda, eso hay que volver a repetirlo :)

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